domingo, 25 de abril de 2010

Mahomeando

El honor familiar que asesina a las mujeres musulmanas


23 puñaladas. Ni una más ni una menos.

Con un cuchillo de diez centímetros de largo. Morsal Obeidi, 16 años de edad, murió en Hamburgo el pasado 15 de mayo a manos de su hermano Ahmad, 24 años, porque ofendía el honor de su familia y no respetaba las tradiciones islámicas.

Se pintaba, llevaba ropa ajustada y minifaldas, fumaba, iba a discotecas… como cualquiera de sus amigas alemanas. El problema es que Morsal era afgana.

Su padre, un piloto militar que pidió asilo político en Alemania en 1992, es un hombre violento. Pegaba a sus hijos y de una manera especial a la chica. Las cicatrices de su cuerpo atestiguaban esos maltratos, no sólo del padre, sino también de su hermano, un delincuente que empezó a descarriarse a los 13 años, con una inteligencia por debajo de la media y con un largo historial en los registros policiales de la ciudad hanseática.

En los últimos dos años Morsal había acudido en múltiples ocasiones a pedir ayuda a las autoridades, e incluso, había estado internada en algún centro de acogida para mujeres maltratadas. Pero al final siempre regresaba con su familia, incapaz de romper definitivamente con sus futuros verdugos. Esta semana ha empezado el juicio por homicidio contra su hermano en la Audiencia Provincial de Hamburgo. La fiscalía pide cadena perpetua porque hubo no sólo premeditación, sino engaño al atraerla a un lugar oscuro, cercano a la estación de tren para acuchillarla sin testigos. La defensa considera que se trató de un acto impulsivo de un hermano preocupado por el honor de la familia; una familia en la que las palizas eran constantes.

Crímenes en nombre de la tradición islámica

Al menos cincuenta mujeres musulmanas han sido asesinadas en Alemania en los últimos diez años por haber supuestamente atacado u ofendido el honor de sus familias.

A una joven kosovar de 16 años su padre la estranguló por haber ido a una discoteca en la ciudad de Tübingen.
Otra joven en Ingolstadt fue asesinada por haber abandonado a su marido, con quien le obligaron a casarse a los 16 años después de haber sufrido durante años maltratos físicos y psíquicos.
Muchas otras, simplemente, por renunciar a ir cubiertas, por haber perdido la virginidad o por pretender estudiar y ser independientes.
Estos asesinatos se están llevando a cabo aquí en Alemania, donde viven en paralelo al menos dos sociedades: la turco-musulmana y la laica.
Y donde desde hace tres años está vigente un pacto de integración destinado a combinar dos conceptos no siempre compatibles: la tolerancia y el respeto a/entre las religiones y el Islam, en concreto, y los derechos humanos para todos, incluidas las mujeres musulmanas en un estado de derecho.

Los esfuerzos para maridar ambos mundos no están siendo siempre premiados con el éxito, y entre las mujeres musulmanas progresistas ya ha surgido una iniciativa que plantea simplemente acabar con una tolerancia multicultural que está permitiendo este tipo de asesinatos, que no son sino crímenes en nombre de la tradición.

Este colectivo insiste en que el millón aproximadamente de mujeres musulmanas residentes en Alemania son víctimas potenciales de esta forma de delincuencia que se desarrolla en familia, es decir, en un círculo muy íntimo, pero que no por ello deja de ser un delito capital.

Los jueces se enfrentan siempre al abordar el tema con las referencias culturales del colectivo musulmán, que, a pesar de vivir aquí, o quizá tal vez por ello, se aferra aún con más fuerza a las tradiciones y costumbres de sus ancestros. La última sentencia significativa para otro asesinato de honor aquí en Berlín, fue de 9 años y 3 meses de cárcel para el hermano de una mujer turca, Hatin Sürücü, que se había separado de su marido y vivía con su hijito ‘a la occidental’. No le podían caer más de diez años porque en el momento del homicidio el asesino era menor de edad. ¿Serviría de algo un endurecimiento de las penas? Probablemente sí, pero está claro que es una carrera no sólo contra el tiempo, sino contra las viejas usanzas islámicas.

El Confidencial.com



Siete mujeres han sido asesinadas a tiros por no acatar la estricta moral islámica

Siete mujeres fueron asesinadas de un tiro en la nuca o en el pecho a fines de noviembre en Grozni, la capital de Chechenia, y sus alrededores.

Las autoridades de esta república rusa castigada por la guerra han reaccionado con indiferencia o desprecio por las víctimas y comprensión de los supuestos motivos de los criminales.
Los verdugos, presuponen, actuaron de acuerdo con las costumbres chechenas, según las cuales las "mujeres de vida disipada" son ajusticiadas por sus parientes. Pero defensores de derechos humanos locales advierten de que las misteriosas muertes no tienen que ver con sus tradiciones, porque la "reparación del honor mancillado" jamás fue pública, sino que se ejecuta en el círculo familiar. A la culpable se la hace desaparecer (muerte o destierro) y nadie vuelve a mencionarla.

En Grozni, las mujeres temen salir solas al anochecer, pese al cegador alumbrado de la ciudad reconstruida. Los rumores proliferan. Para la mayoría, los crímenes son una advertencia contra el comportamiento liberal de las mujeres en una sociedad sometida al capricho de su presidente, Ramzán Kadírov. Una de las versiones, recogida por el diario Nóvaya Gazeta, los considera como la venganza de uno de los comandantes de Kadírov, supuestamente "contagiado de sida en una orgía sexual".

"Según nuestras costumbres si una mujer lleva una vida disipada, si se acuesta con un hombre, entonces los matan a los dos", afirmaba esta semana Kadírov, a los corresponsales que le interpelaban frente a la mezquita de Grozni. Construida con mármoles y detalles de oro, el local, inaugurado en octubre, tiene 36 lámparas de cristal de Swarovski y capacidad para 12.000 fieles.

De forma algo deslavazada, Kadírov explicaba que, según sus informaciones, las mujeres asesinadas habían obtenido sus pasaportes para ir a trabajar en burdeles del extranjero. Chechenia no se rige por la ley islámica, que supondría la lapidación o apaleamiento de la transgresora, decía. "Estamos contra la ley islámica desde los tiempos de Ishkeria

Kadírov, recién llegado de su peregrinación a La Meca, dice no ser partidario de tales métodos. "Para mí, como musulmán, es una ofensa que mataran a mujeres y también es una ofensa que haya tales mujeres", manifestaba. La solución está en "educar a la hermana y a la hija desde la infancia para que ni se les ocurra... La mujer debe tener hijos y educar de forma digna a las nuevas generaciones".

"Los crímenes fueron demostrativos y no tienen nada que ver con las tradiciones", explica Natalia Istimírova, de la organización Memorial. Según Istimírova, entre las muertas había dos madres de familia trabajadoras. En agosto, Natalia envió a su hija de 14 años a estudiar fuera de Chechenia. Istimírova fue expulsada del consejo de organizaciones sociales de Kadírov por negarse a acatar la orden de cubrirse la cabeza.

El Estado está separado de la religión en Rusia, pero Kadírov, hijo de un muftí asesinado, ha convertido de hecho el islam en la religión oficial de su territorio. "En Chechenia, todos somos musulmanes al cien por cien y el islam florece", afirma. "Tenemos la forma tradicional del islam que nos legaron nuestros mayores", agrega. En la república se cultivan varias corrientes sufíes y existen un millar de mezquitas, según Isa Bankúrov, vicemuftí de la mezquita de Grozni.

En el marco de un programa para el "renacimiento espiritual y moral" de Chechenia, Kadírov ordenó hace dos años a las mujeres cubrirse el cabello. Ahora, todas llevan pañuelo, ya sea en la cabeza o en el bolso... Servicios de seguridad, integrados en parte por ex guerrilleros escasamente escolarizados, les impiden acceder con la cabeza descubierta a los edificios oficiales, incluida las compañías de gas y electricidad. Al principio, los guardias incluso les daban empellones o las agarraban del pelo, afirman varias mujeres cuyo nombre no se cita por su propia seguridad. "Ahora nos hemos adaptado", señala una de ellas, mientras come en un restaurante japonés, uno de los locales que muestran el impresionante cambio físico de Grozni. De las ruinas ha surgido una nueva ciudad, con plazas y jardines, teatros, tiendas e incluso una avenida dedicada a Vladímir Putin, el jefe del Gobierno ruso. La mezquita es la imagen de la nueva Grozni en sustitución del bombardeado palacio de Dudáiev, ex sede del gobierno independentista.

La guerra se ha transformado en episodios aislados, atentados u operaciones policiales en las cuales, según datos del Ministerio del Interior, han sido exterminados 61 guerrilleros y detenidas 326 personas desde principios de año. La violencia y las desapariciones han disminuido, pero no se puede hablar aún de normalización. Los jóvenes siguen echándose al monte para unirse a la guerrilla, y las autoridades federales siguen considerando a la república como zona de operaciones contraterroristas. En Chechenia viven 1,2 millones de habitantes, y el paro, el mayor de Rusia, afecta al 65,3% de la población activa.

En Grozni, se están clausurados los viejos mercados que daban a las mujeres la posibilidad de ganarse algunos rublos, pese a la protesta organizada de las vendedoras, para las cuales resulta prohibitivo el arriendo de puestos en un lujoso mercado central. Kadírov ha tenido dinero para iluminar fastuosamente Grozni, pero no para compensar a los que durante la guerra perdieron sus viviendas, situadas en el solar donde se edificará la sede del Gobierno y la residencia del presidente. Varios de los afectados han acudido a los tribunales, lo que en Chechenia, es una muestra de heroísmo o de ingenuidad.

Los pañuelos vuelven a las aulas

La Universidad Estatal de Chechenia (financiada con el presupuesto ruso) obligó a todas las estudiantes a ponerse el pañuelo en la cabeza en el marco de la campaña para el "renacimiento espiritual y moral" impulsado por Kadírov. "Les exigimos que lleven pañuelo para que en la universidad tenga un rostro checheno", afirma el vicerrector Majmud Kirímov. La universidad tiene 14.000 estudiantes, de los cuales el 55% son mujeres y las rusas, que son muy pocas, "también llevan el pañuelo voluntariamente", dice. En la escuela pública, desde el primer curso, todas las niñas son obligadas a ponerse el pañuelo. "Nos hacen comprarles un uniforme con pañuelo que vale 1.500 rublos [unos 40 euros]", afirma el padre de una escolar de siete años del colegio Ajmat Kadírov de Grozni.

La sumisión no fue automática. En la universidad hubo protestas, expulsiones y groserías de parte de los guardianes que actúan como policía moral, afirman varias universitarias. "Primero nos obligaron comprar un pañuelo granate muy feo con las siglas de la universidad que costaba 250 rublos. Ahora nos quieren imponer un uniforme por cuenta de nuestro bolsillo. Es un conjunto confeccionado con tres telas distintas, el más caro vale 2.000 y el más barato 800 rublos", señalaba una estudiante con una beca mensual de algo más de 1.000 rublos. Una alumna de medicina, aseguraba que el pañuelo "se ve bonito y es parte de nuestra cultura". También la poligamia le parecía parte de la cultura a la muchacha, pero a la pregunta "¿Te gustaría que tu marido tuviera varias esposas?", su respuesta fue rotunda: "De ninguna manera".

Pilar Bonet
El País


Los bárbaros "asesinatos por honor"

Los bárbaros “asesinatos por honor” se convierten en el instrumento para someter a las mujeres iraquíes.

En una primera ojeada, Shawbo Ali Rauf parece dormir sobre la hierba, con sus rizos castaños enmarcándole el rostro y su veraniega falda extendida sobre ella. Pero la difícil postura de sus miembros y la sangre que salpica sus ropas revelan el auténtico horror de la escena.

La joven iraquí de 19 años fue asesinada, según su padre, por su propia familia política, que se la llevó hasta una zona de picnic en Dokan y le disparó siete balas. Su crimen fue tener un número desconocido en su teléfono móvil. Su “asesinato por honor” es sólo uno más de la grotesca serie aparecida en Iraq, donde los activistas por los derechos humanos hablan de “genocidio” contra las mujeres en nombre de la religión.

El domingo pasado 27 de abril se informó sobre el caso más reciente: una muchacha de 17 años, Rand Abdel-Qaber, fue apuñalada por su padre hasta morir por haberse encaprichado de un soldado británico destinado en el Sur de Iraq.

Sólo en Basora, la policía reconoce que alrededor de 15 mujeres son asesinadas al mes por romper los códigos islámicos de vestimenta. Los activistas insisten en que esas cifras son muy cautelosas.

La violencia contra las mujeres prolifera y se intensifica cada día que pasa con el poder de las milicias.
Decapitaciones, violaciones, palizas, suicidios mediante autoinmolación, mutilación de genitales, tráfico y abuso de niñas de hasta diez años, enmascarándolo como matrimonio, toda una desdichada e intolerable violencia que no deja de aumentar.

Du’a Jalil Aswad, de 17 años, de Nínive, murió lapidada frente a una turba de 2.000 hombres por haberse enamorado de un muchacho que no era de su tribu yasidí.

Las imágenes grabadas con móvil de su cuerpo roto transmitidas por Internet sobre ese espantoso acto de violencia sectaria, provocaron la indignación internacional y el llamamiento a poner fin a esos actos.

Su padre, Jalil Aswad, ha hablado un año después de su muerte, ocurrida en abril de 2007, y ha revelado que ninguno de los responsables había sido juzgado y que su familia había quedado “marginada” en su propia tribu.

Du’a Jalil Aswad

“Mi hija no hizo nada malo”, dijo. “Se enamoró de un musulmán y en eso no hay nada malo. No pude protegerla por todas las amenazas que me llegaron, hasta de mi propio hermano, de la tribu entera. Insistieron en que nos iban a matar a todos, no sólo a Du’a, si no la ajusticiaban. La mutilaron y se deshicieron de su cuerpo como si fuera basura”.

“Quiero que los que cometieron aquel acto sean castigados, pero hasta el momento no ha sido así y siguen en libertad. La muerte por honor es un asesinato. Es un acto de barbarie”.

A pesar de la indignación ante esos hechos, los fundamentalistas han bloqueado los recientes llamamientos del Primer Ministro kurdo Narmin Osman a proscribir las muertes por honor. “En estos momentos, el gobierno no considera las muertes por honor como un crimen”, dijo Houzan Mahmoud que tiene una fatwa de muerte por haber presentado una petición contra la introducción de la Sharia en el Kurdistán. “Si antes había un dictador persiguiendo al pueblo, ahora casi todo el mundo persigue a las mujeres”.

“Todo ha ido a peor en los últimos cinco años. Es difícil describir cuán horrible es, de qué espantosa forma nos han devuelto a épocas oscuras. Se está decapitando a las mujeres por quitarse el velo. Aumenta la autoinmolación porque a las mujeres no les queda otra opción. No hay ningún órgano o institución gubernamental que les proporcione algún tipo de apoyo. Se está utilizando la Sharia para apuntalar las leyes del gobierno negando a las mujeres sus derechos humanos más básicos”.

En agosto del pasado año, se encontró el cuerpo de Sara Yaffar Nimat, de 11 años, en Janaqin, Kurdistán, después de haber sido lapidada y quemada hasta morir. Anteriormente, aquel mismo mes, dos hermanos y una hermana fueron secuestrados de su hogar cercano a Kirkuk por pistoleros con uniformes de policía. Los hermanos fueron golpeados hasta morir y la mujer abandonada en muy grave situación después de haberle dicho que debía obedecer las normas del “estado islámico”.

Hace una semana, una periodista, Begard Husein, fue asesinada en su hogar en Arbil, al norte de Iraq. Su marido, Mohammed Mustafa, la apuñaló porque se había enamorado de otro hombre, según informaciones locales.

La lapidación de la Du’a Aswad llevó al establecimiento de una unidad interna ministerial en el Kurdistán para combatir la violencia contra las mujeres. Se ha informado que el pasado año, en Suleimaniya, una ciudad de un millón de habitantes, hubo 407 delitos con decapitaciones, palizas, muertes por “problemas familiares” y amenazas de asesinatos de honor. No se incluían violaciones porque la mayoría de las mujeres no quieren denunciarlas por temor a las venganzas.

Sin embargo, la policía en Kerbala reveló recientemente 25 casos de violación.

La nueva constitución iraquí, según la Sra. Mahmoud, es un compendio de contradicciones y confusiones. Aunque afirma que hombres y mujeres son iguales ante la ley, también decreta que debe observarse la ley de la Sharia, que considera que un hombre vale por dos mujeres.

Los días en que las mujeres podían desempeñar sus puestos de trabajo o disfrutar de libertad de movimiento pertenecen al pasado. Los fundamentalistas han enviado demasiados mensajes escalofriantes. En Mosul, hace dos años, ocho mujeres fueron decapitadas en una campaña de terror.

“Es realmente espantoso”, dijo la Sra. Mahmoud. “Se han extendido por todas partes las muertes por honor y el asesinato. Miles de mujeres se han convertido en víctimas de asesinatos, violencia y violaciones, todo ello apoyado por leyes, costumbres tribales y normas religiosas. Exigimos a la comunidad internacional, al gobierno, que condene todas esas prácticas de barbarie y corran en ayuda de las mujeres de Iraq”.

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

The Independent
Artículo de Terri Judd
Enlace con texto original en inglés:
http://www.independent.co.uk/news/world/middle-east/barbaric-honour-killings-become-the-weapon-to-subjugate-women-in-iraq-816649.html


La escritora y periodista de origen saudita Wajeha Al-Huwaider es una de las personalidades más prominentes del mundo árabe que hacen campaña por los derechos humanos, particularmente los derechos de las mujeres.

En agosto del 2003, el Ministerio del Interior saudita prohibió que escribiera en la prensa; desde entonces, ha publicado sus artículos en los portales árabes reformistas, y ha ganado reconocimiento internacional. En noviembre del 2004, Al-Huwaider fue galardonada con el Premio de Libre Expresión PEN/NOVIB 2004 en La Haya por su trabajo sobre la libertad de expresión y el avance de los derechos de las mujeres.

Entre sus miles de artículos destaca por la crueldad del trato que los árabes ejercen con las mujeres el siguiente:

La discriminación contra las mujeres árabes comienza en el útero

Al-Huwaider discutió el inacabable ciclo de discriminación a la que las mujeres están sujetas durante las diferentes fases de sus vidas: "Entre los árabes, el ciclo de discriminación contra la mujer empieza normalmente en el hogar.
Desde una edad joven, el hijo recibe la parte del león (la parte de dos mujeres), en el amor, en los gastos, en el estatus, e incluso en la educación. Muchas familias envían a sus hijos a escuelas privadas mientras sus hijas asisten a las escuelas del estado, para que el hijo tenga una mejor educación.
El muchacho crece para ser ingeniero, doctor, funcionario, o cualquier cosa que él quiera - mientras la hija crece para ser una esposa, madre, y luego abuela. El joven tiene oportunidades, mientras la joven muchacha tiene obligaciones...

"La segunda parada en el ciclo de discriminación contra la mujer es en la escuela. En la inmensa mayoría de las escuelas árabes, los muchachos y muchachas están separados. Normalmente, las escuelas árabes, y particularmente las escuelas estatales, tienen el trabajo, para ambos sexos, de rediseñar a los aprendices, y de trabajar para cambiar [su forma de pensar] para que se conviertan en ciudadanos sumisos. Pero la parte de sumisión y pensamiento-prevención para las muchachas es el doble y el triple [de la de los muchachos]...

"La última parada en el ciclo de discriminación es en el trabajo. Obviamente, la mujer que trabaja en el mundo árabe no es nada más que una 'criada' quién labora continuamente fuera de su casa y cocina y cría a los hijos dentro de esta - salvo las mujeres del Golfo, que tienen mucamas (criadas). Pero la discriminación que las controla, particularmente en las mujeres sauditas, en todas las áreas de la vida es más severa y más cruel.

La mayoría de las leyes obreras no tratan a la mujer árabe justamente... además del tratamiento racista que ella sufre en el sector del clero...
"En los países árabes, y particularmente en los países del Golfo, el ciclo de discriminación contra la mujer empieza cuando es un feto en el útero de su madre; [continúa] cuando emerge y respira aire del mundo, y continua hasta su muerte.

Según la interpretación de los hombres, la mujer es siempre 'lascivia' y a veces 'impura'...
- La mujer es [imperfecta en mente y en religión] - aun así fueron las madres musulmanas [e.d. las esposas del Profeta Muhammad] quiénes le enseñaron mucho al pueblo sobre los mandamientos de la religión y sus bases.
- La mujer es "débil y sus emociones la gobiernan" - y aun así al mismo tiempo ella tiene la responsabilidad de educar a la generación más joven, la base del orgullo de la patria...
- La mujer es 'tentación' - aun así fue creada para llevarle al hombre confianza, y traerle serenidad. Los 'trucos de las mujeres son mayores que los trucos de Satanás' - aun así los hombres se casan con dos, tres, o cuatro esposas.
- La mujer es un 'jarrón [delicado]' que debe ser tratada gentilmente, para que no se le raye - aun así [si es desobediente, su marido] la mantiene fuera de la cama [matrimonial] y la golpea hasta hacerla gritar. Desde la cuna hasta la tumba, la mujer no puede ser su propio guardián - porque está 'limitada y es incapaz de responsabilizarse por sus asuntos - aun así la más estimada y más querida esposa del Profeta ["Aisha", la esposo con 9 años] encabezó la primera oposición en el Islam, llevó a un ejército entero, y emprendió una batalla histórica y crítica [la Batalla del Camello]...

"Este detestable ciclo de discriminación en el que la mujer árabe vive comenzó hace cientos de años - pero todavía existe, se envuelve a si mismo alrededor de su cuello, y restringe sus movimientos como si fuera un bebé recién nacido. Es un ciclo estrangulante que desperdicia las habilidades de la mitad de la sociedad..."

Las mujeres árabes son tratadas peor que los prisioneros en Guantánamo.

En un artículo del 25 de mayo del 2006 publicado en el portal reformista www.rezgar.com, Al-Huwaider firmó:
"La Segunda Rosa Parks", dedujo una comparación entre las vidas de los prisioneros en la "terrible prisión inhumana" de Guantánamo y las vidas de las mujeres árabes: "...

Cualquiera que examine y analiza la vida de los prisioneros en Guantánamo, y las compara a la vida de las mujeres árabes - particularmente en los estados del Golfo, y sobre todo en Yemen, Omán y Arabia Saudita - descubrirá que existen muchas similitudes...

Primero, en algunos países árabes la mujer es prisionera en su [propio] hogar, y sólo puede moverse con el permiso de su guardián, o, con más precisión, su carcelero. Su situación es similar a la de un prisionero en Guantánamo.

"Segundo, en algunos países árabes, el guardián de la mujer es su dueño, y el que tiene el derecho legal de usarla. Él controla todos sus asuntos, grandes y pequeños. Su papel es muy similar a la de un carcelero en Guantánamo.

"Tercero, un prisionero en Guantánamo, como muchas mujeres árabes, no es el amo de su propio cuerpo. No tiene ningún poder para controlar su propio destino, y su libertad personal se le ha quitado, junto con su derecho para protestar su situación.

"Cuarto, los prisioneros [en Guantánamo] no están protegidos por la ley, y sus vidas son propiedad de sus carceleros, al igual que las vidas de las mujeres árabes están en las manos de sus guardianes. Cuando el guardián siente que su esposa ha cruzado una línea roja, es condenada a una muerte terrible.

"Quinto, muchas mujeres árabes han tratado de escapar o de matarse como una forma de escape [de su condición], pero no tuvieron éxito al igual que no tuvieron éxito los prisioneros de Guantánamo [que intentaron escapar].

"Sexto, algunas mujeres árabes están obligadas a llevar ropa impráctica y sofocante en colores de que no satisfacen el clima abrasador de nuestra [región]. [En este aspecto] los prisioneros en Guantánamo están mejor [que las mujeres árabes], ya que llevan puesto ropa de colores claros y práctica para el clima [en el que viven].

"Séptimo, un prisionero en Guantánamo [puede] ver el sol, sentir sus rayos y disfrutar la caricia del aire fresco en su cara, incluso cuando está físicamente encadenado, mientras las mujeres en algunos estados árabes tienen puesto los grilletes [ambos] física y espiritualmente.
Ellas cargan con estas cadenas toda su vida, empezando en la niñez...
Tan pronto la niña entra en sus años adolescentes, ya no ve la luz de día, y no puede respirar el aire fresco excepto a través de un velo, ya que ella es cubierta de la cabeza hasta los dedos del pie en su vestimenta negra.

"Octavo, todas [las organizaciones] de derechos humanos, e incluso las Naciones Unidas, han condenado lo que está sucediendo a los prisioneros en Guantánamo, y han exigido que el Pentágono los libere.
Pero nadie ha alzado un dedo por las mujeres árabes que han sido mantenidas prisioneras por centenares de años. Ninguna organización, local o internacional, oficial o extraoficial, se ha molestado en exponer lo que les esta sucediendo en los calabozos que incorrectamente se refieren a 'sus hogares'.

"Noveno, la condición de los prisioneros de Guantánamo es temporal. Ellos podrían ser liberados en cualquier momento, y luego regresarán a sus vidas normales como hombres árabes, y hasta pueden recibir una medalla al valor.

Las mujeres árabes, por otro lado, seguirán siendo prisioneras hasta el día en que mueran, y su tragedia también puede continuar en los próximos siglos, hasta que las mujeres... [Finalmente] puedan lograr sus derechos, lograr [igual] condición y restaurar la dignidad que se les ha quitado.

"Finalmente, las prisioneras árabes de Guantánamo [e.d. las mujeres] nunca han sido guerreras o [atacantes] suicidas. Nunca se unieron a ninguna organización terrorista y nunca le han hecho daño a nadie, pero no obstante viven como prisioneras toda su vida, y su situación es, en alguno de los aspectos expresados arriba, mucho peor que la situación de los prisioneros en esa isla.

No existe nadie en las Naciones Unidas, o en ninguna otra [organización], que se interese por su [condición]; nadie las protege o presenta sus agravios a los cuerpos judiciales del mundo. Esto sucede aunque haya millones de ellas, tal como se oponen a los 500 prisioneros en Guantánamo, que sabían [cuando partieron en sus operaciones], que podrían ser muertos o arrestados.

"Ojala supiera por qué la situación de las mujeres en ciertos estados árabes no es condenada por los países del mundo, y no enardece a sus ciudadanos.

¿Por qué ignoran los activistas humanos su sufrimiento como si no existieran? ¿Por qué no se escucha el lamento de estas millones de mujeres, y por qué no es respondido por nadie, en ninguna parte [del mundo]? Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Es porque son mujeres, mientras nuestro mundo patriarcal es gobernado por hombres sin una onza de compasión en sus corazones? Quizá eso sea [de hecho el caso]".

Las mujeres sauditas deben actuar ahora - El momento "perfecto" para exigir sus derechos nunca llegará.

En un reciente artículo, Al-Huwaider intentó fomentar la protesta pública de mujeres en Arabia Saudita llamando en las mujeres sauditas a tomar la iniciativa y exigir sus derechos, y no esperar en vano por "el momento correcto":
"Las elevadas esperanzas y las promesas que les han dado, mujeres sauditas, son muchas - pero su situación todavía es tan infeliz y miserable como lo ha sido durante décadas.
Muchas de ustedes disfrutan una vida callada, buena, pero muchas otras... deben lidiar con la violencia y la alienación, de varias clases. Ustedes no deben desperdiciar la posibilidad de que aquéllas de ustedes que disfrutan [una buena vida] hoy puedan estar mañana en una situación miserable si pierden al hombre que se ocupa de sus asuntos - porque no existe ninguna ley para protegerlas y ningún refugio seguro al que ustedes pueden recurrir cuando el tiempo las traicione. Esto es porque ustedes no exigen sus derechos de una manera persistente y seria.

"Algunas de ustedes están posponiendo el exigir sus derechos, y explicando [el aplazamiento] debido al tiempo. Ustedes dicen, 'El momento no es el correcto para levantar nuestra voz y exigir nuestros plenos derechos civiles, porque nuestro pueblo en el Líbano está en un estado de guerra salvaje, y la nación [musulmana] entera está en crisis'.
Mi pregunta para ustedes, mujeres sauditas, es: ¿Cuándo será el momento preciso para abrir el tema de las mujeres en cualquier país árabe? ¿Cuándo cesarán las guerras árabes? ¿Y cuándo dejará de estar en crisis nuestra nación?

"No estamos nosotros en guerra cada década, por cualquier razón?... [Luego] nuestras sociedades no se conforman con estos desastres, y durante las continuas guerras existen conflictos, batallas y derramamiento de sangre en el Sudán, Somalia, Mauritania, y por supuesto Palestina. Además, cada país árabe tiene conflictos internos, con el objetivo de agitar a los regímenes - y todos han terminado trágicamente, como el Septiembre Negro en Jordania, el Hamat en Siria, el Halabja en Kurdistán, la intifada al sur de Irak, y en la lucha contra el terrorismo en Egipto, Argelia, Marruecos, y Arabia Saudita... Es decir, el Medio Oriente siempre está hirviendo, y sus hombres, mujeres, y niños están sujetos todos los días a las catástrofes de la guerra.

"La pregunta a ser hecha es si las mujeres vulnerables en los países árabes esperarán hasta que las nubes de la violencia y los humos de los cañones se disipen para mejorar su situación. Claramente éste no es el caso. Por ejemplo, permítanos tomar a la mujer palestina... la más valiente de todas las mujeres árabes que están sujetadas a la violencia y muerte más que cualquiera de ustedes.
Ella ha podido obtener muchos de derechos que las mujeres en Arabia Saudita y del Golfo solo pueden soñar. La mujer palestina dijo, 'No, yo no exigiré mis derechos [ahora] porque mi país está bajo ocupación y en guerra?' Claro que no...

"Con respecto a la mujer libanesa... Sin su papel activo en su sociedad, y si no hubiese obtenido muchos de sus derechos, el Líbano no se habría mantenido durante un solo día enfrentando al ejército israelí, con su reserva de armas mortales, [tal como lo ha hecho] durante más de 20 años. La mujer Libanesa está de pie junto al hombre libanés, en cada declive de la situación del país, y en todas sus catástrofes.
Ella ayuda a las emigrantes; cuida a los heridos; proporciona suministros; cuida a familias; y ayuda a la patria con todo su poder. Éstas son las mujeres que deben servir como ejemplo, y cuyos caminos deben seguirse.

"Y ustedes, mujeres sauditas: Qué están ustedes esperando?... Ustedes no dudan en lo absoluto en ayudar y apoyar a otros - y la prueba de esto es lo qué le hicieron al Líbano. Pero ustedes dudaron grandemente en ayudarse a si mismas... Me gustaría entender el por qué ustedes dudan en comenzar a exigir de sus derechos. ¿Es porque no existen estadísticas que revelan la miserable situación de muchas mujeres sauditas?

Toquen las puertas de los palacios de justicia, y conocerán la magnitud de esta catástrofe. ¿Es porque la sangre de la mujer saudita que es víctima de la violencia fluye en completo silencio, para que nadie preste atención? O es porque las vidas de las mujeres sauditas son sumamente baratas, y así ellas respiran su último aliento sin que nadie lo note?... No sé por qué ustedes esperan, o cuánto tiempo esperarán".

El corazón del problema: Las mujeres no están protegidas por la ley

Otro artículo incluye declaraciones recolectadas que Al-Huwaider escuchó de mujeres sauditas "que saben que sus derechos son robados, pero no tienen el coraje de exigir que se los devuelvan":
-"'Temo por la reacción del régimen y sus leyes opresivas; 'Le temo a la violencia de los fanáticos e ignorantes en mi país';
-'Temo que mi marido se divorcie de mi y me encontraré indefensa';
-'Temo que mi marido me castigue y tome a otra esposa... ';
-'Le temo a la ira y violencia de mi padre;
-'Le temo al dominio de mis hermanos [sobre mí], y su control [de mí]; 'Temo que mi guardián me arrebate todo el significado de la vida de mí'; 'Temo que mis hijos estén enojados conmigo y se amargarán contra mí persona...';
-'Temo perder mi buen nombre, y luego el no poder encontrar a alguien que quiera casarse conmigo... ';
- 'Temo por mi futuro y el futuro de mis hijas e hijos';
- 'Temo herir a mis padres;
- 'Temo que si hago esto, mi familia y tribu lo verán como vergonzoso y estarán enojados conmigo';
- 'Temo perder todo lo que tengo, lo que he construido durante los años... 'Le temo a todo alrededor mío...'"

Al-Huwaider escribe que las "mujeres sauditas son débiles, no importa cuan alto sea su estatus, incluso las tratadas con 'excesiva indulgencia' entre ellas - porque no tienen ninguna ley para protegerlas de algún ataque por cualquiera. La opresión de las mujeres y el confinamiento de su individualidad es una falla que afecta a la mayoría de los hogares en Arabia Saudita.
La mayoría de las mujeres sauditas, ya sean educadas o analfabetas, comprenden demasiado bien que toda su vida está en las manos de los hombres. Si una mujer saudita disfruta 'una vida de simpatía y bienestar'... esta depende totalmente de la buena naturaleza y las buenas intenciones del hombre con quien ella vive".

De lo que las mujeres sauditas dicen, Al-Huwaider concluye que toda mujer saudita tiene dos tipos de miedo: el miedo interno, que se origina primero y por encima de todo en el control de su familia o tribu, y del miedo externo, del control de las instituciones políticas, religiosas, y sociales que normalmente trabajan juntos en contra de ella.

Al-Huwaider escribe: "La razón por la que la mayoría de las mujeres están deprimidas, sumisas, y sujetas a los varios tipos de injusticia aceptan su infeliz situación es su creciente miedo. El miedo corroe su sentido de ser entidades independientes, y daña su auto confianza todos los días. Así ellas nunca tienen éxito en remover la opresión. La verdadera razón de este miedo entre las mujeres sauditas es que no existe ninguna ley para protegerlas de la violencia y la discriminación.

"En un mundo de tecnología, rápida globalización, y continuos desafíos internacionales, mejorar la parte de las mujeres sauditas y movilizarlas no es ya más un asunto de escogencia y lujo; es una necesidad. El gobierno saudita debe incrementar sus esfuerzos para remover el miedo de los corazones de las mujeres, que son la mitad de sociedad, para que puedan participar en construir [la sociedad]...

"Debemos abrir nuestros ojos a la verdad... y eso significa que todos los hombres, la revolución del petróleo, la fuerza militar, y la liquidez financiera [en Arabia Saudita] no pueden construir una patria fuerte cuando el papel de la mujer es ignorado...

En otro artículo, analizando la situación de las mujeres en los países árabes, Al-Huwaider va más allá en elaborar su conclusión de que la fuente de los problemas de las mujeres árabes no está en la religión, sino en la legislación discriminatoria en el mundo árabe: "Todos los regímenes árabes son miembros de las Naciones Unidas, y han ratificado la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, la cual declara muy claramente la justicia, los derechos igualitarios, y obligaciones por igual para todos los ciudadanos.
No obstante, en nuestro país chauvinista, la mujer todavía es considerada la propiedad de su familia...

"La legislación en los países árabes diferencia públicamente contra las mujeres, oprime públicamente sus derechos, y les hace daño como seres humanos. Ellas todavía son tratadas como si contaminaran la pureza, y despiertan la tentación y la inmoralidad.
Lo que es asombroso es que la mayoría de los árabes, en todos los niveles y en todas las clases - así sea el gobierno, las instituciones, o los individuos - todavía ven el problema de la mujer como un problema religioso. De hecho, piensan que sus preocupaciones deben ser tratadas usando anticuadas interpretaciones chauvinistas...

"Mejorar la situación de la mujer no será a través de soluciones que son anticuadas y han probado su ineficiencia. Las leyes que otorgan solo la mitad de la voz a los ciudadanos [es decir, ignorar las voces de las mujeres] se detractan de los derechos de las mujeres; ellos clasifican a [las mujeres] de tener un menor sentido común, se detractan de su importancia, lanzan dudan sobre sus habilidades, les permiten ser golpeadas y divorciadas, las encarcelan dentro de cuatro paredes, les permiten ser tratadas como a sus maridos les convenga, les permiten ser compradas y vendidas dentro de un acuerdo legal, y, cuando [las mujeres] fracasan [y violan la ley religiosa] dan la bienvenida a su salvaje matanza.

Estas leyes no son las más ciertamente correctas para una era en donde los perros y los gatos en el mundo desarrollado tienen más derechos que las mujeres árabes - o incluso que los hombres árabes...

"Los problemas no resueltos de las mujeres no son religiosos, sino puramente legales. Las mujeres deben ser tratadas de acuerdo con las convenciones internacionales que garantizan los derechos humanos, las libertades, y la dignidad... La legislación que le quita los derechos de la mujer como ciudadana debe ser reemplazada por la legislación que garantiza sus plenos derechos [como ser humano]... El tiempo ha llegado para anular las interpretaciones chauvinistas que incitan a la violencia, e incitan a la discriminación en contra y la persecución de mujeres, y a la remoción de sus derechos..."

* Por A. Dankowitz, es la Directora del Proyecto de Reforma en MEMRI.

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